Siguiendo con la Serie TP sobre
los Trastornos de la Personalidad, en el artículo de este mes abordamos el
Trastorno Evitativo de la Personalidad (TEP), incluido dentro del Clúster C
(Sujetos Temerosos). Si quieres saber más sobre los Clúster, clica aquí.
“Quiero gustarte, pero sé que me
odiarás”.
Millon
y Davis, 2001
Vamos a contextualizar…
Tal y como
bien afirma Millon, el Clúster C agrupa un conjunto de trastornos de la
personalidad (Evitativo, Dependiente, Obsesivo-Compulsivo y Pasivo-Agresivo)
caracterizado por un miedo patológico,
que acaba determinando la biografía.
Se trata de
personas extraordinariamente sensibles a las señales de castigo, que responden
con intensas reacciones emocionales que llegan a interferir en los aprendizajes
y a desorganizar la conducta.
Son
individuos incapaces de adquirir estrategias de afrontamiento adecuadas a
través de los aprendizajes sociales y acaban con un infradesarrollo objetivo de
muchas áreas de funcionamiento que resultan imprescindibles para la vida
autónoma y el equilibrio emocional.
Temen ir a
la escuela, temen hacer el ridículo, temen a sus semejantes, temen fracasar en
sus cometidos y temen, en general, cualquier incertidumbre y cualquier novedad,
con lo que nunca se exponen a equivocarse lo necesario para aprender por ensayo
y error.
No se valen
de la acción para adquirir seguridad emocional y convicción de control, y por
eso se ven obligados a combatir su ansiedad recurriendo a fantasías, a
supersticiones y a vinculaciones parásitas que siempre son ambivalentes y
conflictivas, puesto que oscilan entre la hostilidad acusatoria y el maternazgo
protector.
La diferente
expresión clínica de cada trastorno parece depender de las estrategias que el
sujeto pone en marcha para defenderse de la ansiedad, una vez fracasada la
adquisición de los aprendizajes adaptativos.
La Personalidad Evitativa
Las personas
que padecen este trastorno siempre temen la evaluación negativa de los demás,
no toleran la menor crítica, les horroriza hacer el ridículo y necesitan
garantías de aprobación incondicional para establecer relaciones con el
prójimo.
Como su
temor al contacto social impide la adquisición gradual de habilidades de
afrontamiento, lo habitual es que carezcan objetivamente de recursos para la
interacción personal (no saben qué hacer, ni qué decir, ni cómo hablar, ni a
dónde mirar cuando están con la gente), de modo que recurren a estrategias de
evitación para así liberarse del penoso trance de sentirse examinados por las personas,
a las que atribuyen hostilidad y malevolencia.
Son, pues,
individuos que tienden a vivir aislados desde muy jóvenes y aprovechan
cualquier excusa para evitar el contacto con los demás, recurriendo a
elementales mecanismos psicológicos de negación y proyección, sin un discurso
intelectualmente presentable.
La
constatación de su incapacidad para afrontar situaciones que no son traumáticas
para los demás hace que estas personas tengan una baja autoestima y se expongan
a frecuentes episodios depresivos o a estados de ansiedad derivados de sus
fallidas tentativas de afrontamiento, que se alternan con estados de bloqueo
emocional, propios de la biología de la inhibición de la acción (Laborit, 1978;
Gray, 1982).
Desde el
punto de vista social, las incapacidades de estas personas son muy notorias,
pues, además de carecer de aprendizajes elementales, desaprovechan
oportunidades laborales por temor a la responsabilidad y no tienen apoyos
sociales, con lo que hay un alto riesgo de invalidez, de dependencia familiar y
de autoinculpaciones agresivas, que generan problemas sobreañadidos y
consolidan la patología fóbica.
Criterio Diagnóstico
Criterios para el diagnóstico de F60.6
Trastorno de la Personalidad por Evitación (301.82) del DSM-IV-TR:
Un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de
incapacidad y una hipersensibilidad a la evaluación negativa, que comienzan al
principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican
cuatro (o más) de los siguientes ítems:
1. Evita trabajos o
actividades que impliquen un contacto interpersonal importante debido al miedo
a las críticas, la desaprobación o el rechazo.
2. Es reacio a implicarse
con la gente si no está seguro de que va a agradar.
3. Demuestra represión en
las relaciones íntimas debido al miedo a ser avergonzado o ridiculizado.
4. Está preocupado por la
posibilidad de ser criticado o rechazado en las situaciones sociales.
5. Está inhibido en las
situaciones interpersonales nuevas a causa de sentimientos de incapacidad.
6. Se ve a sí mismo
socialmente inepto, personalmente poco interesante o inferior a los demás.
7. Es extremadamente reacio
a correr riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades debido a que
pueden ser comprometedoras.
No
confundir con…
El trastorno de
personalidad por evitación debe distinguirse de los dos trastornos siguientes:
ü
Fobia social: las diferencias entre la fobia social y el trastorno
de la personalidad por evitación son sutiles. El trastorno de personalidad por
evitación implica más una ansiedad generalizada y evitación que fobia social,
que a menudo es específica de situaciones que pueden dar lugar a vergüenza
pública (hablar en público, actuar en un escenario…). Sin embargo, la fobia
social puede implicar un patrón de evitación más amplio y por lo tanto puede
ser difícil de distinguir. Los dos trastornos se presentan a la vez.
ü
Trastorno Esquizoide de la personalidad: ambos trastornos se caracterizan por aislamiento social. Sin embargo, los
pacientes con trastorno de personalidad esquizoide se aíslan porque no están
interesados en los demás, mientras que aquellos con trastorno de personalidad
por evitación se aíslan porque son hipersensibles al posible rechazo o la
crítica de los demás.
Algunos datos
ü De acuerdo con cifras estimadas por investigadores como Samuels
y Torgersen¸ las cifras de la población general que padece este
trastorno podrían ascender hasta el 5% del total, por lo que es
una de las psicopatologías más frecuentes a nivel mundial.
ü Si nos vamos a la información relacionada con la población ambulatoria,
el porcentaje resulta aún más dramático: hasta el 39%
de los pacientes con trastornos del eje I muestran signos
del Trastorno evitativo de la personalidad.
ü Esta psicopatología suele aparecer desde la niñez,
manifestada a través de sentimientos de vergüenza, deseos de aislarse y temor a
interactuar con desconocidos o situaciones nuevas en general.
ü Suele remitir con la edad, o al menos, resulta
menos evidente conforme el individuo se hace mayor.
Concepto a tener en cuenta… el Apego
El apego, en psicología y etología,
es una vinculación afectiva intensa, duradera, de
carácter singular, que se desarrolla y consolida por medio de sus interacciones
recíprocas, y cuyo objetivo inmediato es la búsqueda y mantenimiento de
proximidad en momentos de amenaza, ya que esto proporciona seguridad, consuelo
y protección.
John Bowlby (1907-1990) fue el primer psicólogo en
desarrollar una "Teoría del apego".
El vínculo de apego suele aparecer en torno al año
y suele darse entre un niño o niña y sus progenitores/cuidadores. Esta primera
relación será fundamental porque determinará la manera de relacionarse del
adulto. En función de esta “primera relación” se desarrolla un tipo de apego u
otro, que como he dicho anteriormente determinará la manera de relacionarnos
con los demás en la etapa adulta.
Este concepto puede tener que ver, en algunos casos, con los problemas relacionales en general y con el trastorno evitativo de la personalidad en particular.
¿Hay tratamiento?
El tratamiento general del trastorno de la personalidad por evitación
es similar al de todos los trastornos de la personalidad.
Los pacientes con trastorno de la personalidad por evitación a menudo
evitan el tratamiento.
Las terapias eficaces para los pacientes con trastorno de la personalidad
por evitación incluyen:
ü
Terapia
cognitivo-conductual centrada en la adquisición de habilidades sociales
(psicoterapia individual y/o grupal)
ü
Otros tratamientos
grupales si el grupo está formado por personas con las mismas dificultades
ü
Terapias
individuales que sirven de apoyo y tienen en cuenta las hipersensibilidades del
paciente hacia los demás.
ü
Psicoterapia
psicodinámica, que se centra en los conflictos subyacentes, puede ser útil.
ü
El tratamiento
farmacológico puede ser muy útil para ayudar a reducir la ansiedad y facilitar
el trabajo de afrontamiento del miedo para poder así ir adquiriendo habilidades
intra e interpersonales.
Referencias
Vallejo Ruiloba, J. (2006). Introducción a la
psicopatología y la psiquiatría. Barcelona: Ed. Elsevier Masson (6ª
Edición).
https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-psiqui%C3%A1tricos/trastornos-de-la-personalidad/trastorno-de-la-personalidad-evitativa-por-evitaci%C3%B3ntpe
https://orientacionpsicologica.es/trastorno-evitativo-de-la-personalidad/
https://iratxelopezpsicologia.com/apego-evitativo/
https://ro.pinterest.com/pin/190840102949217447/
https://es-la.facebook.com/362814654540646/posts/933513444137428/
https://www.themoviedb.org/movie/162-edward-scissorhands/images/posters?image_language=th&language=es-ES
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https://es.wikipedia.org/wiki/Apego
https://www.pinterest.cl/pin/352828952036507908/
Espero que os haya gustado,
¡nos vemos en el próximo artículo!
Mayte
Moreno
www.mentalis-psicologia.com