Después de un período de ausencia
recuperamos la actividad de Animus
dando la bienvenida a una nueva colaboradora, Alba López Cabello, que nos introducirá
en el mundo de las Emergencias y los Primeros Auxilios dentro del ámbito
psicológico. ¡Esperamos que os interese!
INTRODUCCIÓN
El
concepto de bienestar psicológico, entendido como algo más completo que la mera
ausencia de malestar, es una cuestión asumida y solicitada en muchos ámbitos de
nuestra vida. En la mayoría de los casos podemos pensar en hábitos y costumbres
que favorezcan una mejor calidad de vida. Pero, ¿qué ocurre cuando un suceso
inesperado sacude nuestra normalidad y nos supone un peligro para nosotros o
nuestros seres queridos?
Vivir
una crisis (ya sea estar implicado directamente, ser un allegado o
presenciar un accidente de tráfico, un incendio en un edificio, un terremoto o
un ataque terrorista) supone una ruptura de la vida cotidiana que puede
amenazar el equilibrio personal. Esto se debe a que cuando algún suceso
impacta de forma importante a nivel emocional,
la persona se puede llegar a sentir incapaz de afrontar lo que está
viviendo.
Las
reacciones psicológicas ante los hechos traumáticos han concitado una gran
atención a lo largo de la moderna historia de la psicología. Y es que el
estudio del trauma psicológico está íntimamente relacionado con el desarrollo
de acontecimientos sociales, políticos y culturales.
REACCIONES HABITUALES
Las situaciones que se consideran crisis no dependen completamente del tipo
de suceso, de hecho, es muy importante la forma como cada individuo las
percibe, de experiencias anteriores y la forma como tiene de afrontarlas.
Las reacciones más habituales durante una crisis pueden ser:
ü
embotamiento afectivo, problemas para sentir emociones
ü
reducción de la conciencia
ü
disminución de la atención
ü
incapacidad para asimilar lo que ocurre
ü
desorientación en el tiempo o el espacio
ü
sensación de que lo que ocurre no es real o
parece una película
ü
sensación de estar fuera del cuerpo
ü
no recordar lo que ha sucedido
ü
taquicardia
ü
temblores
ü
sudores
ü
agitación, no poder parar de moverse
Es importante recordar que todos estos
síntomas que puede presentar una persona en crisis son reacciones normales ante
situaciones excepcionales.
Aunque hoy se sabe que la mayoría de los afectados por un desastre se irá
recuperando a lo largo de los días gracias a sus propias estrategias y no
desarrollará problemas psicológicos, un grupo importante se arriesga a sufrir
problemas, que pueden ser temporales o durar para toda la vida, si no se
atienden correctamente. Los principales problemas a los que nos referimos son:
ü
traumas
ü
problemas de ansiedad
ü
depresión
ü
consumo de drogas.
Lo cierto es que ante una crisis hay
personas que despliegan ciertos recursos y las afrontan, y otras van a requerir
apoyo del exterior.
La diferencia entre que una persona se recupere por sí misma o requiera ayuda
se encuentra en los factores que hacen que aumente el riesgo de problemas
posteriores. Nos referimos a cómo se procesa el suceso y cómo de peligroso ha
sido considerado, el grado en que haya o no otras personas del entorno próximo
en quien apoyarse y con quién contar, la forma de expresar las emociones
alrededor del suceso traumático y el grado en el que se es capaz de mantener el
contacto con la realidad.
¿QUÉ
SON LOS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS?
Los primeros auxilios psicológicos son una intervención de soporte tras una
situación crítica que generalmente llevan a cabo los psicólogos de emergencias
y/u otros profesionales de intervención. El objetivo es ayudar a las
personas a afrontar las consecuencias inmediatas de situaciones impactantes que podrían
resultar traumáticas. Estas estrategias
están diseñadas para reducir la ansiedad
a corto y largo plazo, el estrés, la confusión, la incertidumbre e
indefensión y promover un funcionamiento adaptado, potenciando las habilidades
y recursos de las propias personas involucradas.
Por lo tanto, la meta de los primeros auxilios psicológicos es restablecer
el afrontamiento inmediato, ya que se actúa durante los primeros minutos
y horas después de la crisis, para
proporcionar apoyo, reducir el peligro, brindar herramientas de
afrontamiento y conectar a la persona en crisis con los recursos de ayuda.
Este tipo de intervenciones reciben cada vez mayor soporte ya que, según
las investigaciones, está demostrado que actuar de forma inmediata ante una
crisis puede amortiguar las consecuencias negativas y en el ámbito psicológico prevenir posibles
secuelas en las personas de riesgo, llegando a evitar problemas futuros
como los que hemos mencionado anteriormente.
Los primeros auxilios psicológicos que se aplican en los momentos de
crisis son:
1. Realizar el contacto psicológico.
2. Examinar las dimensiones del problema.
3. Analizar posibles soluciones.
4. Asistir en la ejecución de acción concreta.
5. Seguimiento.
LA
LEY HANSEL
Como rige la Ley Hansel:
“ La efectividad de un servicio de
atención en crisis aumenta de modo directo en función de la proximidad en el
tiempo como en el lugar del incidente”.
ASPECTOS PREVENTIVOS
Los primeros auxilios no son un tratamiento psicológico ni lo sustituyen y
pueden ser aplicados por diferente tipo de personal con formación
adecuada.
Aunque la mayoría de las víctimas de los desastres presenta síntomas
psicológicos transitorios, sólo una minoría desarrolla psicopatología de largo
plazo, siendo el Trastorno por Estrés Post-Traumático y la Depresión mayor las
enfermedades más frecuentes.
En el caso de necesitar otro tipo de intervención, en una segunda fase, se
recurre a intervención psicológica avanzada, la cual sólo puede aplicar
psicólogos especializados. El trabajo requiere discernir, primero, entre las
personas que tienen mayor dificultad para superar el suceso con sus propios
recursos y brindar a las personas que lo requieren un proceso psicoterapéutico
dirigido a ayudar a reelaborar los sucesos traumáticos. Si esta intervención no
se realiza y se desatiende el problema, suelen cristalizar las consecuencias y
trastornos mencionados.
A pesar de la disponibilidad, la mayoría de los afectados por los desastres
no pide ayuda en los servicios de salud mental ya que en ocasiones no se
percibe necesitar ayuda psicológica o no se conoce el beneficio que ésta puede
suponer. Así, puede suceder que después de un desastre importante la demanda de
ayuda no se incremente significativamente. Resulta importante conocer la
existencia de estos recursos y empezar a aceptar que la intervención
psicológica puede ser esencial para evitar secuelas y sufrimiento posterior y
para reducir el impacto del desastre sobre los afectados.
BIBLIOGRAFIA
Brymer MJ, Jacobs A, Layne C. Psychological first aid field operations
guide. Washington, DC: National Child Traumatic Stress Network and National
Center for PTSD; 2006.
Figueroa,
R. A., Marín, H., & González, M. (2010). Apoyo psicológico en desastres:
Propuesta de un modelo de atención basado en revisiones sistemáticas y
metaanálisis. Revista médica de Chile, 138(2), 143-151.
Pineda
Marín, C., & López-López, W. (2010). Atención psicológica post desastres:
Más que un" guarde la calma". Una revisión de los modelos de las
estrategias de intervención. Terapia psicológica, 28(2), 155-160.
Alba López
Gracias Alba y a vosotros por
vuestra atención. ¡Hasta el próximo artículo!
Mayte Moreno
Muchas gracias por el contenido! WOW! Sigue así :) Me suscribo
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir contenido de calidad online, en mi terapia online
ResponderEliminarsuelo comentar que en internet hay muchísima información para aprender ya sea sobre psicología y las terapias o sobre los primeros aullidos psicologicos como es tu caso, has ayudado mucho a una paciente mía y a mí por efecto dominó :) Muchas gracias! Sigue así
Muchas gracias Maria por tus comentarios. Todo el mérito del contenido de este artículo para la psicóloga Alba López Cabello, experta en esta materia. Un cordial saludo
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