Según
Marie Kondo, cuando pones tu casa en orden, entre otras cosas también pones en
orden tus asuntos y tu pasado, pudiendo
ver con claridad lo que necesitas en tu vida y lo que no. ¿Pudiera ser que
nuestra casa sea un reflejo de nuestro interior? Vamos a ver unos cuantos
principios que desarrolla en su libro... y a ver qué pensáis.
DE
LA IMPOSIBILIDAD DE MANTENER LA CASA EN ORDEN
“La gente no
cambia de hábitos si primero no cambia su manera de pensar”.
Mucha gente siente la necesidad de limpiar
cuando está bajo presión. Ocurre porque necesitan poner en orden “algo más”. La
necesidad de organizar rara vez continúa una vez pasada la crisis. Piensa si
ocurre en tu caso.
Nagisa Ttsumi en su libro “El arte de
desechar” explica la importancia de tirar cosas y, de manera más concreta,
describe los motivos de esta imposibilidad generalizada de mantener la casa en
orden:
ü
El ritmo de adquisición es superior al ritmo de eliminación.
ü
Ordenar poco a poco hace que la motivación se desvanezca, por lo
que no se pueden ver los resultados ni sentir sus efectos.
Solución:
ü
Organizar del tirón, una sola vez: si organizas todo de un tirón,
y no poco a poco, podrás cambiar tu mentalidad drásticamente. Esta es la clave
para evitar el “rebote”.
ü
Evitar la trampa mortal: creer organizar cuando en realidad se pierde
el tiempo guardando cosas que no se necesitan.
Si no puedes sentirte relajado en un cuarto
limpio y ordenado, afronta tu sentimiento de ansiedad. Cuando tu habitación está limpia y
organizada, no te queda más opción que examinar tu estado interior:
Entonces puedes
ver cualquier problema que hayas evitado y te enfrentarás a él. La organización
sólo es un instrumento para llegar a este estado.
La
organización efectiva por tanto implica solo dos acciones esenciales:
ü
Eliminar cosas: decidir si tirar algo o no.
ü
Decidir dónde guardar lo que me quedo.
ELIMINAR
COSAS
Primer
paso: juntar por categorías
“Poner tu
casa en orden es divertido”.
Revisar cada armario, cómoda, cajón que haya
en la casa y juntar toda tu ropa en un solo sitio. “¿Estás seguro de que en
toda la casa ya no queda una sola de tus prendas? Puedes olvidarte de cualquier
prenda que encuentres después de hacer esto. Irá directa al montón para tirar.”
Recomiendo
que siempre pienses en organizar por categorías, no por lugar.
Juntar todos los objetos del mismo tipo en un
solo lugar es esencial para este proceso, pues te da una idea exacta de la
cantidad de cosas que tienes.
La mejor secuencia es: ropa, libros, papeles,
objetos varios y objetos/recuerdos sentimentales. Al empezar con las cosas
fáciles y dejar las más difíciles para el final podrás afinar poco a poco tus
habilidades para tomar decisiones.
Segundo
paso: escoger
“Deberíamos
escoger lo que queremos guardar no lo que queremos tirar”.
La
mejor manera de elegir qué guardar y qué desechar es sostener cada objeto en la
mano y preguntarte: “¿Esto me hace feliz?” Si es así, consérvalo. Si no,
deséchalo.
Al tomar
cada objeto sentimental y decidir qué descartar, procesas tu pasado.
Sólo conserva lo que te inspire alegría. Lo
que debemos atesorar no son nuestros recuerdos sino la persona en la que nos
hemos convertido gracias a esas experiencias del pasado.
Cuando estás limpiando, puedes convivir en
silencio contigo mismo. EL trabajo de analizar cada objeto que posees para ver
si despierta alegría en ti interior es como conversar contigo mismo a través
del médium de tus posesiones.
Es esencial crear un espacio tranquilo en el
cual evaluar las cosas que hay en tu vida. Lo ideal es que ni siquiera escuches
música. Ese ruido dificulta oír el diálogo interno entre el dueño y sus
posesiones.
Hay que tener en cuenta que en muchas
ocasiones, nuestra razón nos imposibilita el desapego. Cuando te topas con algo
que es difícil de eliminar, piensa con cuidado por qué quisiste tener ese
objeto. ¿Cuándo lo conseguiste y qué significaba para ti en aquel momento?
Piensa qué papel desempeña ahora en tu vida. Te sorprenderá cuantas cosas que
posees ya cumplieron su función. Al reconocer su contribución y dejarlas ir con
gratitud, serás capaz de poner en verdadero orden las cosas que posees y toda
tu vida.
Tercer
paso: eliminar
Sólo conserva lo que te inspire alegría. Con
este método conservarás alrededor de un 5%. Las cosas muy importantes no son
tan numerosas.
El espacio en el que vivimos debería ser para
la persona en la que nos estamos convirtiendo ahora, no para la persona que
fuimos en el pasado.
Deshazte de
las cosas que te sobren, todas de una vez.
Es importante hacer un recuento de tus
posesiones actuales y eliminar el exceso.
A medida que reduzcas tus posesiones mediante
el proceso de organización, llegarás a un punto en el que sabrás de repente
cuánto es lo correcto para ti. Yo llamo a esto el “momento del clic”. Una vez que superas este momento
descubrirás que la cantidad de cosas que posees nunca aumenta. Y esta es la
razón de que no sufras un rebote.
ORGANIZAR
COSAS
“Aunque la
casa sea grande y con cuartos de sobra, no se trata de una cuarta dimensión siempre
en expansión”.
Poner en orden tus cosas también significa
poner tu pasado en orden. Es como reajustar tu vida y saldar tus cuentas para
dar el siguiente paso hacia delante.
Requisito principal para el almacenamiento:
asigna un sitio para cada cosa que tengas.
El desorden lo provoca el exceso de cosas.
Pero ¿por qué tenemos tantas? Por lo general es porque no sabemos con precisión
cuántas tenemos en realidad.
Dos reglas:
ü
guarda todos los objetos del mismo tipo en el mismo lugar y,
ü
no disperses los espacios de almacenamiento.
EL desorden tiene dos causas posibles:
ü
se requiere demasiado esfuerzo para guardar las cosas, o
ü
no está claro cuál es el lugar que les corresponde.
Aunque creamos que guardamos las cosas para
ajustarlas a nuestra conducta, por lo general ajustamos inconscientemente
nuestras acciones al lugar donde están guardadas nuestras cosas.
LA
MAGIA DE LA ORGANIZACIÓN
“Organizar
es una manera de revisar las cosas que nos muestran lo que de verdad nos
gusta.”
En esencia, las cosas que de verdad nos
gustan no cambian con el tiempo.
Nuestras pertenencias relatan con gran
fidelidad la historia de las decisiones que hemos tomado en la vida.
Uno de los efectos mágicos de la organización
es la confianza en tu capacidad para tomar decisiones. Si indagamos en las
razones de por qué no nos desprendemos de algo, sólo encontramos dos: apego al
pasado o ansiedad por el futuro.
Es importante que entiendas tu patrón de
posesión porque es una expresión de los valores que guían tu vida.
Cuando uno u otro de estos patrones nos
dificultan deshacernos de cosas, no podemos ver lo que de verdad necesitamos
ahora, en este momento. No estamos seguros de qué nos satisfaría o qué
buscamos. Como resultado, incrementamos nuestras posesiones innecesarias, nos
enterramos física y mentalmente bajo cosas superfluas.
El proceso para seleccionar nuestras
pertenencias puede resultar bastante doloroso. Nos fuerza a enfrentarnos a
nuestras imperfecciones y deficiencias, así como a las decisiones tontas del
pasado.
Las cosas que poseemos son reales. Está mal
ignorarlas o desecharlas indiscriminadamente como si negáramos las elecciones
que hicimos.
Solo cuando evaluamos las cosas que poseemos
una por una y experimentamos las emociones que evocan es cuando de verdad
podemos apreciar nuestra relación con ellas.
La vida se vuelve mucho más fácil cuando
sabes que las cosas aún funcionan a pesar de faltarte algo.
Como han seguido identificando y desechando
cosas que no necesitan, ya no delegan la responsabilidad en otras personas.
Cuando surge un problema, no buscan una causa exterior o una persona a quien
culpar.
El acto de desechar afina nuestras
habilidades para tomar decisiones.
Cuando uno pone en orden su propia casa es
cuando cambia su propia mentalidad.
REFERENCIAS
Kondo, Marie. (2014). La magia del orden. Barcelona, España: Santillana Ediciones
Generales.
Bueno,
hasta aquí un breve resumen de los conceptos tan interesantes que, a mi
parecer, expone y desarrolla Kondo en su libro. Y a modo reflexivo, a pesar de
no haber probado aún su método, decir que considero tiene bastantes probabilidades de ser eficaz ¿Por
qué? Porque, tal y como dice la autora textualmente “En mi método los sentimientos son el criterio para la toma de
decisiones.” Y cómo ya sabemos, la emoción nunca engaña.
¡Un
saludo y hasta el próximo artículo!
Mayte Moreno